Tiempos de Covid: Fake News y Discurso de odio en Medios Digitales ¿ Que ves cuando me lees?

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Por la Dra Pauloni Silvina
Coodirectora del Ceid.tv

Sobre un relevamiento de 73 noticias publicadas en Septiembre por los medios digitales, La Nación, Infobae y Clarín, en relación a la fabricación o divulgación de fake news y discursos de odio, se desprende que: El diario Clarín fue el que mas fake news publico y la temática verso sobre la Reforma Judicial, seguido de engaños en relación a la gestión de Alberto Fernández y la persona de la vice presidenta, Cristina Kirchner.
Por su parte, el diario La Nación fue el medio que mas notas publico con un claro Discurso de odio, en primer término, sobre Cristina Kirchner, seguido por la gestión de gobierno de Alberto Fernández y por ultimo sobre la Reforma judicial.
Las categorías que versaron alrededor de estos discurso de odio fueron:
Misogininia (una caricatura de una bruja en su figura), conceptos como Temer, Monarquía, Lideresa, Conductora que no conduce, que jamás baja al barro para que no se le manche la cartera. La imagen caricaturizada de Cristina Fernández de Kirchner como una bruja malvada y temible, que publica La Nación incurre en violencia simbólica y violencia mediática, agraviando a las mujeres en general y deslegitimando el ejercicio de poder de una mujer a través de la ridiculización.
Por otra parte, en relación al relato de odio construido sobre las acciones de de gobierno y la figura de Alberto Fernández, se recurre a construir “Otredades” como “pobres” “villeros” en contra posición de la “clase media” y “y el sueño argentino del desarrollo”. La estigmatización se construye con base en las representaciones sociales negativas que tiene el grupo de los superiores hacia los inferiores, a quienes visualizan como los "malos", los "de allá", de clase más baja, no hay diferencias sociales entre ellos y los clasifican con prejuicios.
Y por último, el concepto de Meritocracia. En ella, los medios la retoman, argumentando factores de progreso, desarrollo y utilizándola para estigmatización de los pobres, donde predomina una visión de la pobreza atribuida a causas individuales, generadora de un discurso moralizador. Desde esta visión, los pobres son considerados “culpables” de su propia situación, de no hacer lo “necesario” por y para sí mismos, producto de una “cultura de la pobreza” y de políticas “populistas” que las generan.

Fake News y Clarín
Cuando la credibilidad de los medios está en peligro
Las Fake News han proliferado a lo largo y ancho del planeta. Este término es utilizado para conceptualizar la divulgación de noticias falsas, contenidos engañosos y fabricados con una intencionalidad, provocando un peligroso círculo de desinformación. Es sabido que el anonimato de las redes parece ser el escenario perfecto para la proliferación de este tipo de noticias. ¿Pero qué sucede cuando en el ejercicio del periodismo se difunden este tipo de engaños?
El periodismo tiene un compromiso con los hechos y la verdad, pero siempre ha habido casos en los que una información falsa se ha difundido como verdadera. Incluso ha habido periodistas que se han aprovechado de su posición para publicar mentiras.
En las actuales sociedades mediatizadas, los medios están indisolublemente vinculados con las prácticas cotidianas y la organización de la vida doméstica. Los medios de comunicación, ocupan un lugar destacado en los modos de construir un imaginario sobre los estilos de vida, las prácticas de prevención, cuidado de la salud, las formas de convivencia y las instituciones en general. Desde esta perspectiva, el estudio de la circulación discursiva de informaciones falsas y mal intencionado, en época de pandemia, deja al descubierto un terreno concreto donde se hacen visibles los consensos y las disputas por las significaciones y la legitimación del poder.
Titulares llamativos con datos desconcertantes y fuera de lo común, o una simple fotografía manipulada, pueden llamar la atención de miles de personas y lograr un efecto mediático de proporciones insospechadas.
Titulares que apelan a “Tensiones”, “Planes secretos”, “Remplazo de jueces por candidatos que le respondan”, todo eso en 2 líneas y sin ningún tipo de fuentes y documentos que lo respalden en el interior de la nota, es una Fake News.

O afirmaciones como “Suponer que en esa estación concluye el recorrido de Cristina sería incurrir en un error. Sus objetivos son múltiples. Incluida la Corte Suprema. Allí existe un estado deliberativo y, desde ahora, un desafío planteado por la vicepresidenta. ¿Permitirán los cinco jueces que Bruglia, Bertuzzi y Castelli abandonen sus lugares? ¿Soslayarán la acordada de ellos mismos que, a pedido del ex ministro Germán Garavano, avaló esas designaciones? El máximo Tribunal está en instancia delicada…. Otro de los objetivos consiste en la destitución del procurador General, Eduardo Casal. El kirchnerismo no logra que renuncie. Tampoco consigue número para su enjuiciamiento en el Consejo de la Magistratura o dentro de aquel organismo.” (Clarín, 20 de Sep.)
Las notas de opinión en los medios, mas allá de ser opiniones muchas veces se fundamentan en informaciones falsas. La mentira debe tener un alto porcentaje de verdad para resultar más creíble. Y es allí cuando la mentira se disfraza de opinión para ser impune.
Cuando el editor de Clarín, publica que la Vice presidenta intenta “cargarse como sea a tres jueces” y esa afirmación no precede de ninguna fuente que la fundamente, se está publicando una “ Fake News”. (Clarin, 23 de Sep)
“ Plan secreto”, “ Cargarse tres jueces”, “ destituir al procurador”, “ Reprimenda pública y pedidos de juicio políticos”.. “presiones de todo tipo”…” Hoy, más que antes, están en riesgo derechos y garantías y eso repercute en nuestra libertad, nuestra seguridad y nuestro bolsillo”. (Infobae, 20 de Sep)

Un interrogante engañoso. Miente que algo quedara.
¿La Campora mando a quemar barbijos? Se pregunta Clarín, con letras en grande y una línea más abajo y a letra chica afirma “Pero Larroque salió a desmentirlo”. El “pero” sigue poniendo en duda que la fuente sea veraz. En esta nota, la duda que siembra el medio, mas allá de saber que no es así, es un claro ejemplo de cómo se manipulan las informaciones con intencionalidad política.

La insinuación. No hace falta usar datos falsos. Basta con sugerirlos. En la insinuación, las palabras o las imágenes expresadas se detienen en un punto, pero las conclusiones que inevitablemente se extraen de ellas llegan mucho más allá. La principal técnica de la insinuación en los medios informativos parte de las yuxtaposiciones: es decir, una idea situada junto a otra sin que se explicite relación sintáctica o semántica entre ambas. Pero su contigüidad obliga al lector a deducir una vinculación.

Lo que fue un reclamo en la justicia, y en marcos legales, para Clarín, es no querer pagar Impuestos.
La presuposición y el sobrentendido. La presuposición y el sobrentendido comparten algunos rasgos, y se basan en dar algo por supuesto sin cuestionarlo. A veces los sobrentendidos se crean a partir de unos antecedentes que, ¬reuniendo todos los requisitos de veracidad, se proyectan sobre circunstancias que coinciden sólo parcialmente con ellos. Así también, como la falta de contexto adecuado manipula los hechos.

Durante el relevamiento la prioridad temática en torno a noticias falsas y engañosas se dio en primer lugar a noticias vinculadas tanto con la Justicia como con la Reforma Judicial. Seguido por acciones o dichos del Presidente Alberto Fernández y por último, fake news vinculadas a la figura de Cristina Kirchner.
La hipótesis de la Agenda Setting, tal y como explica Wolf (1996) sostiene que los medios al describir y precisar la realidad externa, presentan al público una lista de aquellos temas sobre los que pensar algo. Así el/la espectador/a va siendo consciente, presta atención y da importancia a los temas que presentan los medios de comunicación; excluyendo aquellos hechos que no son nombrados, pero que de todas maneras ocurren. Así la percepción que tiene la sociedad de la realidad se ve distorsionada o influida por los medios. La cobertura mediática de los acontecimientos, incluyendo ciertos hechos y omitiendo otros u otorgándoles mayor o menor jerarquía, condiciona la experiencia que la gente tiene de su entorno más allá de sus propias vivencias (Fishman, 1983).
Lo importante es saber cómo lectores, que la puja de intereses mediáticos y políticos, en constante tensión mueve el engranaje constructor de realidades en el que las agendas juegan un papel protagónico en una relación de fuerzas por la disputa de la hegemonía. Hay que saber ver más allá de leer.

Discurso de Odio y La Nación.

Para reinar hay que dividir

Los discursos de odio son un tipo de violencia simbólica que reproducen los estereotipos, estigmas y prejuicios socioculturales tendientes a la desvalorización y exclusión. Toda forma de discurso de odio es discriminatoria hacia otras personas. Parte sobre la base de prejuicios, las otras personas a menudo son percibidas como diferentes (“los otros”), bien por razón de su origen, religión, género, orientación sexual, u otras características o condiciones personales. Los grupos vulnerables al odio varían en cada lugar y en cada momento histórico. Los medios de comunicación de masas (en los que la comunicación se trasmite desde un único emisor a una audiencia masiva) han jugado tradicionalmente un papel muy relevante en la generación y difusión del discurso de odio.
Aunque medios como la prensa, la radio y la televisión también pueden generar discurso de odio directamente, es particularmente relevante su contribución a crear un clima social propicio a este tipo de discurso, principalmente a través de su facultad para configurar la agenda pública (qué es noticia) y para generar, normalizar o reafirmar estereotipos y prejuicios con el tratamiento que hacen de la diversidad. Por esta razón, es importante tener en cuenta que una noticia poco contrastada o tendenciosa también pueden generar discurso de odio.
El diario La nación fue el medio que más odio a publicado en sus páginas durante el mes de Septiembre, centrando su discurso en primera medida en la figura de Cristina Fernández de Kirchner y luego en la de Alberto Fernández. ¿Cómo construyo esas otredades?

Analizar el discurso del odio, revelará al odio como maquinaria de dominación, como dispositivo de las elites políticas y mediáticas para separar a quienes se consideren de clases medias y de las clases populares, para ser funcionales al poder hegemónico.

Construyendo Otredades: Cristina, La Bruja
Así la define el diario en su nota:
“¿Quien no le teme a Cristina Kirchner” ( La Nación, 25 de Sep)

¿Nada tiene que ver con este presente Cristina y sus dos mandatos, en los que disparó déficits, inflación y pobreza, enmarcada en una radicalización política que aisló al país del mundo y lo aproximó a la dictadura venezolana?
Una parte significativa del electorado ya absolvió a Cristina y volvió a elegirla en forma legítima el año pasado. Ella no está sola con sus acusaciones de coimas y enriquecimiento y con sus torpezas políticas y económicas. Hay millones de votantes que la acompañan. “Todos los problemas son problemas de educación", decía Sarmiento. La forma de votar, también.
El 13 de Septiembre La Nación publica: “El estrepitoso caída de la lideresa”

Y continua, “La monarquía de Cristina Kirchner” (La Nación, 22 de Sep)
“La Justicia es mía” ( La Nación,27 de Sep)

El discurso patriarcal ha devenido históricamente en la feminidad en torno a dos elementos clave: la maternidad y la sumisión marital (Segura, 2010). Los monstruos femeninos del imaginario clásico representan el reverso de ese ideal. La carencia de instinto maternal, la atracción por la muerte, la nocturnidad y los conocimientos guerreros convierten a los monstruos femeninos en símbolos transgresores. Los monstruos femeninos representan los valores opuestos al ideal patriarcal de feminidad y proyectan las supuestas debilidades y maldades que las mujeres pueden desatar de manera consciente o inconsciente (Beteta, 2011).
En el plano político y mediático se la odia a Cristina Fernández de Kirchner y con ella, al peronismo, a la Campora, a los K, a los planeros, porque con sus políticas representan mejor que nadie los intereses de los pobres. Los medios de comunicación vienen construyeron un relato donde la “Corrupción” solo es “K”. La yegua, Cristina “se robó todo”, “es bruja y todos le temen”, “Alberto preside pero ella conduce”.
¿De dónde viene tanto odio? Quizás venga de su afinidad con “las clases más desprotegidas, comúnmente llamados: “negros”. Quizás sea por la Asignación Universal por Hijo, por el Conectar Igualdad. Pero en el discurso hegemónico, no es correcto hablar de eso, entonces dicen la odian por “Chorra”. Algunos medios construyen un discurso moralmente correcto detrás del cual esconden su odio a los pobres y todo lo que los representen. Y si no, como dice La nación ““Todos los problemas son problemas de educación", decía Sarmiento. La forma de votar, también”.
Los Pobres y villeros (defender a los ricos atacando a los pobres)
Infobae Titulo el 5 de Septiembre: “Un impuesto en contra de los pobres”. La nota habla del “impuesto a la riqueza”. El relato de infobae fue defender a los ricos utilizando como discurso la defensa de los pobres, y como se perjudicarían estos si los ricos no invierten.
“El impuesto a las grandes fortunas busca justificativo en que los ricos tienen que hacer un mayor esfuerzo en esta emergencia y, de hecho, su nombre oficial es “Aporte solidario y extraordinario para ayudar a morigerar los efectos de la pandemia”. “Si hasta ahora quedaba alguien sin entender por qué este es un país en decadencia, espero le quede claro que es porque nadie se animó a corregir este rumbo de crecientes abusos tributarios, de estatismo e intervencionismo que nos llevó a que cada vez menos argentinos y extranjeros inviertan en el país”, publico el medio.
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El 12 de Septiembre, La Nación publicaba:

Aquí se observa otra “Otredad”: Peronistas. Otro denominador común: Gobierno populistas. La pobreza, la amoralidad, la corrupción parecen ser sus consecuencias. Esta estigmatización puede leerse en la nota:
“Para justificar las tomas de tierras en el conurbano bonaerense se invoca la necesidad de quienes viven en extrema pobreza. Y se atribuye a la falta de planificación del Estado esa situación, agravada hoy por la crisis sanitaria. No ha habido carencia de planes, sino otras prioridades populistas: construir poder con cargo al erario promoviendo consensos amorales para convalidar la corrupción.
El odio a los pobres también se manifiesta en el concepto de “Meritocracia”. La ideología de la meritocracia es peligrosa porque es una ideología de superioridad-inferioridad: hay personas superiores (los que han hecho méritos) y personas inferiores (los que no han hecho méritos). No por una cuestión de raza, etnia, nacionalidad o creencia, pero sí por “méritos”. Es fácil hablar de “méritos” cuando no se nació en la pobreza y en la marginalidad.
Para que pudiéramos hablar de méritos al menos deberíamos vivir en una sociedad más igualitaria. Lo cierto, es que se construyo un discurso de odio en torno a este concepto y la figura del Presidente, por sus dichos recientes sobre la meritocracia.
El 22 de Septiembre La Nacion publicaba:

“El discurso oficial viene a convalidar una filosofía que ya ha hecho un enorme daño en la educación pública argentina: la del facilismo, el paternalismo demagógico y el aflojamiento de la exigencia. Por ese camino se llegó hasta la eliminación del aplazo por considerarlo estigmatizante. Deliberadamente, se olvida algo que supo resumir en una línea el periodista y escritor James Neilson: "La pobreza puede ser un acicate, no una barrera infranqueable".
Parece que estar en contra de la meritocracia es estar en contra de la clase media.

Infobae publico el 19 de Septiembre:
“La clase media, empobrecida por ingresos que se achican hace décadas, sostiene servicios públicos de baja calidad con sus impuestos, paga por servicios privados carísimos y recibe jubilaciones miserables. Hace todo y de todo para que no la expulsen del mapa social. Nunca perdió las aspiraciones de ser mejor, cosmopolita, liberal, abierta, competitiva y productiva”. Parece que solo así se termina con la democracia y el sueño argentino…..

Los pobres que ya perdieron todo eso, son la clase fracasada? ¿Ser pobre te lleva inevitablemente al fracaso? ¿La clase pobre no es democracia?, ¿No son parte del sueño argentino? Los relatos discursivos de odio de estos medios hegemónicos y conservadores parecen tener la respuesta.